lunes, 30 de noviembre de 2009

La adopción internacional es más costosa, pero más rápida


Hasta hace unos años, la adopción era una alternativa que se planteaban, casi exclusivamente, las parejas con problemas de fertilidad. Sin embargo, el cambio del modelo de familia actual ha hecho que se sumen a esta iniciativa los hombres o mujeres que desean tener un hijo en solitario, los matrimonios entre homosexuales o las parejas sin problemas para engendrar un hijo.
Cuando una persona o una pareja decide adoptar a niño, tiene que decidir si desea que éste sea de nacionalidad española o extranjera. En España, son muy pocos los niños que se ofrecen en adopción, de hecho, son sólo un 10% de aquellos que están tutelados por las administraciones públicas. A esto, se le añade la demanda de que los niños sean menores de 3 años, con el fin de que se adapten mejor al entorno familiar, y que estén sanos o no padezcan ningún tipo de enfermedad física o mental, aunque este último colectivo en ocasiones no se propone para la adopción. El motivo por el cual el proceso se prolonga entre 6 y 9 años, se debe a que es necesario que el menor haya sido abandonado, sus padres estén conformes a dar a su hijo en adopción, carezcan de la potestad o la se les esté retirando.
Por estos motivos, cada día más parejas deciden salirse de la frontera nacional y buscar un niño en países como la India, Colombia, China, Perú, México…A diferencia de lo que ocurre con las adopciones de niños nacionales, en estos casos, el proceso no es gratuito. De hecho, todos los gastos corren a cargo de la persona que desee adoptar y dependerán del país de origen del menor. Por ello, aunque esta opción sea más rápida no es posible para todo el mundo. A esto, se debe añadir una cantidad que se da al ECAI (Entidad Colaboradora de la Adopción Internacional). Esta entidad, que no posee ánimo de lucro, destina parte de la cuota a proyectos de cooperación internacional con los países que proporcionan niños en adopción y cuyo objetivo es la protección de estos. Aunque como ocurre en muchos casos, también existen organizaciones que actúan sin ningún tipo de acreditación legal. Esto es fruto de la posibilidad de que en algunos países los padres pueden llevar a cabo ellos mismos la tramitación, sin la intervención de cualquier ECAI.
Ahora bien, ¿cualquier persona que desee adoptar un niño puede hacerlo? El primer requisito es ser mayor de 25 años y tener 14 años más que el menor. Una vez hecho esto, es necesario recurrir a la Administración correspondiente de la Comunidad para pedir información y comenzar los trámites. Posteriormente, se realizará un examen a la persona desde punto de vista psicológico, económico y social, con el fin de determinar si el menor se va a desenvolver en un entorno favorable. A continuación, un Comité Técnico de Evaluación proporciona los resultados del análisis y el documento necesario para comenzar la adopción. Finalmente, se tramita el expediente a la ECAI, algo obligatorio para todos los países señalados en el Convenio de la Haya, y se contacta con los organismos relacionados con esta cuestión en el país de origen del menor que se quiere adoptar, para que exponga las condiciones que se van a llevar a cabo, el dinero que se ha de pagar…
Una vez que el menor está en casa, es recomendable que conozca el por qué y como lo adoptaron, cómo es su país de origen, en el caso en el que sea extranjero, y se le dé mucho cariño. Esto es fundamental, para que todo salga bien. De hecho, si es necesario, es bueno contactar con profesionales que ayuden a afrontar la nueva situación.
Para saber más de esto, es posible visitar el blog: http://adoptar.blogspot.com/

jueves, 26 de noviembre de 2009

El cordón umbilical, un desconocido



Hasta el nacimiento de la Infanta de Leonor y la intención de los Príncipes de Asturias de enviar el cordón umbilical de su hija a un banco en el que congelar sus células madres, muy pocos conocían esta práctica que puede curar muchas enfermedades.
Durante años, el cordón umbilical ha carecido de importancia médica, de hecho, nada más cortarlo los médicos se desprendían de él. Sin embargo, tras descubrirse sus capacidades curativas ante enfermedades como la leucemia, el linfoma o algunos tumores infantiles su conservación se ha convertido en una práctica que realizan cada día más padres.
Aunque su conservación es costosa, el proceso es bastante sencillo y gratuito. Tras el parto, el médico extrae del cordón umbilical la sangre de la que se obtendrán las células madre para congelarlas en el banco que se haya acordado y hacer uso de ellas ante futuras enfermedades. La juventud de esta práctica hace que muchos expertos se muestren escépticos, ya que consideran que es muy poco probable padecer enfermedades cuya curación se base en el uso de células madre. De hecho, afirman que sólo aquellos padres que esperen un hijo y que tengan algún tipo de antecedente familiar con alguna enfermedad congénita deberían recurrir a los bancos privados. Otro aspecto que respalda su opinión es que aún no se sabe científicamente el periodo máximo que pueden estar almacenadas las células siendo viables. De hecho, no se puede afirmar que pasados 20-30 años las células se puedan usar para obtener un beneficio. Por el contrario, sus defensores consideran que es el mejor seguro de vida que se le puede ofrecer a un bebé, puesto que la efectividad de sus células madre es bastante más superior que la de otro donante.
Existen dos tipos de bancos de cordones umbilicales: públicos y privados. Mientras que en los primeros las donaciones tienen un carácter altruista y anónimo, en los privados la conservación se produce con el fin de que la persona enferma pueda utilizar sus células madre en aquellos casos en los que sea necesario para curar su enfermedad. Aunque a nivel internacional predominan los bancos privados, en España sólo existe uno, frente a los seis públicos que se ubican en Barcelona, Málaga, Madrid, Galicia, Valencia y Tenerife. El elevado coste de los bancos privados hace necesario ampliar el número de donaciones anónimas, puesto que a cuantas más personas lo hagan más posibilidades habrá de encontrar un donante compatible.


domingo, 15 de noviembre de 2009

Los superdotados. Cuando la inteligencia puede ser un problema


Desde que Lewis Terman, psicólogo de la Universidad de Stanford, definiese la inteligencia, han sido muchos los científicos y psicólogos que se han interesado por conocer el coeficiente intelectual de las personas y las repercusiones que esto tiene en su vida personal y académica.
Los diversos estudios que se han realizado a lo largo del tiempo revelan que la inteligencia es algo hereditario, al igual que se afirma que los padres de los niños con altas capacidades intelectuales mantienen una relación con sus hijos basada en el razonamiento y en los sentimientos, más que en la aplicación de normas rígidas de conducta.
No obstante, aunque es “complejo” reconocer a un niño superdotado, es fundamental que esto se haga a una edad temprana, puesto que sólo así se conseguirá sacar un máximo provecho de sus cualidades y se evitará que esa diferencia se convierta en un problema social. Algunas de las características que permiten identificar a estos niños son: las pocas horas que dedican a dormir, su alta capacidad para leer en muy poco tiempo, su alta capacidad creativa, su preocupación por las cuestiones morales y vinculadas a la justicia, su perfil observador y crítico consigo mismo y con el resto, su capacidad de concentración, su individualismo, su apariencia de distraídos…Pese a la multitud de variables que ayudan a su reconocimiento, sólo un 5% de los niños superdotados son detectados.
Aunque para muchos esto pueda ser un privilegio, esto puede llegar a convertirse en un problema para los niños por diversos motivos. Por ejemplo, su alta capacidad de aprendizaje puede hacer que el resto de niños se burlen de él y le insulten llamándole listillo, sabelotodo…y que hagan que se sienta mal y avergonzado por ser como es. Del mismo modo, éste puede llegar a aburrirse y a sentirse totalmente desmotivado en el colegio, al percibir que el ritmo que sigue la clase es muy lento. Este tipo de problemas no corresponden al niño, sino más bien a la escasa formación y competencias del sistema educativo en este área. Por ello, la labor de los progenitores en estos casos es fundamental. Es conveniente que apunten a sus hijos a actividades creativas como el dibujo o la pintura, las manualidades, el ajedrez, la música, que acuden a bibliotecas, en las que puedan sacar todos los libros que quieran o llevarles a visitar museos, exposiciones o conferencias…con el fin de que así puedan suplir todas esas carencias formativas que no encuentran en su vida diaria.
Del mismo modo, existen otras estrategias de intervención como el agrupamiento específico, que consisten en la escolarización del niño en un centro específico para superdotados; la aceleración, que se basa en matricular al niño en el curso que se corresponde con su edad mental; la adaptación curricular, que busca adaptar el material escolar a sus capacidades mentales; o la enseñanza individualizada, que se realiza en el mismo centro escolar y dentro de su propia clase.
Con el fin de ayudar a niños, jóvenes y padres de superdotados y talentosos surgió la Asociación Española de niños Superdotados (ASENID) en 1990 y cuya sede se encuentra en Zaragoza. Para conocer sus proyectos, iniciativas o ámbitos de actuación, se puede visitar su página web: http://asenid.com/
“Superdotado es aquel que posee parcial o totalmente un cerebro más sutilmente desarrollado” (Santiago Ramón y Cajal)






Para ver el documental entero: http://www.youtube.com/watch?v=OYlHouuo-m4&feature=related