jueves, 14 de enero de 2010

La pena de muerte sigue presente en muchos países


La pena de muerte es la condena más antigua de la historia. Aunque estuvo presente en civilizaciones como Grecia y Roma, fue en el S.XVIII cuando se impuso con mayor frecuencia y se inició el debate en el que aún se ven implicadas las Ciencias Sociales, la Criminología, el Derecho y la Religión.
El nacimiento de la Constitución Española en 1978 abolió la pena de muerte, vigente en España desde 1934, del Código Penal. Esta medida provocó el nacimiento del art. 15 de la Constitución: "Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan dispone las leyes penales militares para tiempos de guerra". Por otra parte, aunque España no ha ratificado el Protocolo 13 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertas Fundamentales, en la que se determina la abolición de la pena de muerte en cualquier circunstancia, sí ha firmado éste.
Este es el caso de España, sin embargo, a nivel internacional hay aproximadamente 90 países en los que ésta se sigue aplicando, China es el país que más ejecuciones realiza al año, seguida del Congo, EEUU, Irán o Egipto. Algunos de estos países están sometidos a regímenes dictatoriales y se usa como un arma política, no obstante, en el país americano la situación es diferente. El sistema bipartidista al que está sometido le coarta a iniciar los trámites para su abolición, puesto que el que proponga perdonar a un condenado a pena de muerte acabará dando por concluida su candidatura política. La opinión pública lo consideraría una medida que no ayuda a combatir la delincuencia.
Aquellos que se muestran a favor de ésta alegan que es una forma de ejercer el ejercicio de Legítima Defensa de la víctima del delito, un medio con el que evitar la posible fuga o reincidencia del culpable o la imposibilidad de un error en la sentencia, debido a las múltiples revisiones previas a la aplicación de la pena de muerte. Por el contrario, aquellos que se muestran a favor de su abolición argumentan que ésta no contribuye a disminuir la delincuencia, la irreversibilidad de la condena en caso de error judicial o la posibilidad de que ésta se utilice como un arma de poder en países dictatoriales. Así, afirman que es necesario luchar en contra de ésta para evitar que se sigan violando derechos humanos.
El debate sigue abierto después de cuatro siglos y no parece que vaya a concluir en unos años. Los diferentes colectivos que luchan a favor de los derechos fundamentales ya se han manifestado, ahora sólo queda esperar la actuación de los Gobiernos.

domingo, 10 de enero de 2010

La alimentación de los niños no es un juego


Hasta hace apenas unos años, la salud se relacionaba directamente con el peso, es decir, se decía que un niño relleno era más sano que uno delgado. Hoy, esto ha cambiado y cada día hay una mayor conciencia de todos los problemas que ocasiona la obesidad infantil a la vez que, paradójicamente, aumentan los casos de menores que la padecen.
Entre los inconvenientes a los que se tienen que enfrentar los padres, son la falta de tiempo para controlar la alimentación de sus hijos y el desconocimiento de la cantidad de alimento que los niños deben ingerir en función de su edad. Una cuestión que se acentúa si se tiene en cuenta que cada menor es diferente y que sus necesidades varían de unos a otros. Por ello, uno de los errores más frecuentes es el de presionar a los pequeños a comer una cantidad similar a la de los adultos o niños de más edad. No obstante, los especialistas aseguran que las principales causas de la obesidad infantil son los cambios en los hábitos alimenticios, cada día se va más rápido y se tiene menos tiempo para cocinar comida sana, la falta de actividad física de los menores, puesto que pasan mucho tiempo delante de la televisión o la videoconsola olvidando hacer deporte, o la genética. Por otra parte, en septiembre de 2009 se publicó un artículo en el que se afirmaba que aquello que provocaba obesidad en los niños era más bien la falta de ejercicio que su mala alimentación. Esta afirmación se sostenía en resultados realizados a niños gorditos, cuyos niveles de colesterol malo era aceptable.
Como se ha dicho, la genética es otra de las posibles causas que provocan obesidad infantil, puesto que la probabilidad de que la padezca un niño con padres obesos es bastante más alta que en cualquier otro caso. Ante esta situación, lo que se aconseja es que el tratamiento se base más en el ejercicio físico que en la dieta. Aún así, es fundamental corregir todos los errores relacionados con la comida. Por ejemplo, premiar a los niños con un alimento que les gusta mucho, pero que a la vez es muy perjudicial para su salud.

Entre las principales consecuencias que puede acarrear la obesidad infantil es la de provocar trastornos psicológicos en la adolescencia, tales como la anorexia o la bulimia, problemas de autoestima, depresión, dificultades para realizar un deporte debido a problemas respiratorios, madurez prematura en el caso de las niñas, diabetes del tipo 2, hipertensión arterial o colesterol.
Por ello, se hace necesaria un cultura basada en la buena alimentación, de modo que, desde pequeños se les eduque para que sepan qué es lo que deben comer y en qué cantidades. Por ejemplo, según las recomendaciones del Ministerio de Sanidad de España los cereales, las patatas y las legumbres deben suponer el 50% y el 60% de las calorías diarias, así como las grasas no deben superar el 30% y las proteínas rondar en torno al 10-15%. Además, debido a su importancia en la dieta, se hace imprescindible motivar a los niños para que consuman frutas, verduras y hortalizas y evitar que éstas sean sustituidas por bollería industrial o chucherías. Del mismo modo, y de forma paralela, es recomendable incentivar a los niños a la práctica de un deporte y al abandono de la vida sedentaria.

Para conocer, de manera aproximada, el peso ideal que debe tener un niño entre los 2 y los 5 años, hay que multiplicar la edad del menor por dos y sumarle ocho. Por ejemplo, un niño de 3 años: 3x2+8=14kg.


lunes, 4 de enero de 2010

La violencia de género sigue siendo una realidad


La muerte de Ana Orantes marcó un antes y un después en la violencia de género. Ella no fue la primera mujer maltratada y asesinada por su marido, pero sí la que decidió denunciar el calvario que había sufrido durante años en un medio de comunicación. Su acto de valentía hizo que días más tarde su marido, quien por orden de un juez vivía en la misma casa aunque en un parte distinta, la matase. Tras este fatídico suceso, las muertes por violencia de género han ido aumentando o al menos, en los ojos de los medios de comunicación.
El pasado año 2009 ha finalizado con un descenso del 40% de las mujeres asesinadas a manos de sus parejas. Aunque la cifra sigue siendo muy alta, refleja el mayor descenso desde que entrase en vigor la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. A esta situación, se le añade que casi la mitad de ellas sean menores de 30 años, algo que refleja que la violencia está vigente en los jóvenes y que estos no parecen estar muy concienciados con esta problemática. De ahí que, muchos consideren que la Ley posee deficiencias en materia de educación y que sea necesario incidir más en esta realidad que sigue vigente en estos días. Por el contrario, la Ley ha conseguido que se incremente el número de denuncias y sentencias condenatorias al haber una mayor conciencia de qué es el maltrato y agilizar el proceso, por medio de juzgados dedicados a esta competencia.
Aunque durante mucho tiempo este acto violento se ha identificado con las clases sociales más bajas, la realidad es que se manifiesta en cualquier estamento. Uno de los principales inconvenientes a los que se tienen que enfrentar estas mujeres, en muchos casos, es la presentación de las pruebas que confirman el maltrato, ya que generalmente las agresiones suelen ocurrir en el interior del hogar y por consiguiente en la intimidad. A esto, se le añade la negativa de los vecinos a declarar o los vínculos familiares o de amistad con el agresor. Por ello, se hace más complicado derrumbar el contenido del artículo 24 de la Constitución Española que atiende a la Presunción de Inocencia.
Por otra parte, la situación emocional de las mujeres maltratadas se caracteriza por una baja autoestima, la confusión sentimental hacia su agresor (siente miedo cuando la agrede y amor cuando se arrepiente), ansiedad ante el desconcierto de su situación posterior a la denuncia, fundamentalmente por las consecuencias económicas tras su ruptura, o culpabilidad y vergüenza ante el fracaso matrimonial. De ahí que, tras denunciar y decidir rehacer su vida necesiten atención psicológica que les ayude a afrontar la nueva situación y valorarse como personas.
En cuanto al tratamiento mediático de este tema, es posible exponer una serie de conclusiones. Mientras que antes esta información aparecía en la sección de sucesos, acompañada de datos informativos y en ocasiones puramente sensacionalistas, ahora se realizan comentarios y referencias al problema social. Del mismo modo, escasea la presencia de personas expertas e información positiva de los avances obtenidos y las salidas posibles a esta problemática.
Finalmente, es necesario hacer alusión al maltrato que sufren los hombres. Aunque hasta el momento se han hecho públicos muy pocos casos, el sector masculino también sufre maltrato por parte de su pareja, mayoritariamente psicológico, pero no denuncian básicamente por vergüenza.

Recomendación cinematográfica: Te doy mis ojos