Uno de los temas que ha tenido más actualidad en los últimos meses ha sido la píldora postcoital, también llamada píldora del día después (PDD) o píldora del día siguiente (PDS). Nomenclaturas que no acaban de convencer a los profesionales, ya que se trata de un anticonceptivo de emergencia que puede ser ingerido hasta 72 horas después de practicar el coito sin protección o tras un fallo del método.
En España se comercializa desde 2001 con el nombre de Norlevo (1comprimido de 1.500 mg) o Postinor (1 comprimido de 1.500mcg o 2 comprimidos de 750 mcg). Ésta actúa en diferentes niveles: hipotálamo-hipófisis, ovárico, útero-cervical y su objetivo es impedir la ovulación o engrosar la capa de moco cervical para impedir la circulación de los óvulos; se considera más eficaz en el periodo preovulatorio. Aunque su eficacia no se ha podido determinar de forma precisa, es posible afirmar que si se usa en las primeras 24 horas protege en un 95%; entre las 24 y las 72 horas su efectividad se reduce a un 85-79%; cuando han trascurrido más de 72 horas disminuye a un 58% y a partir del 5º día se desconoce su eficacia.
Aunque no hay ensayos que expongan cuáles son las consecuencias, a largo plazo, que ocasiona el uso reiterado de ésta, sí existen una serie de recomendaciones para ingerirla: tras la toma se recomienda usar un método de barrera hasta el siguiente ciclo menstrual, en caso de vómito durante las 3 horas siguiente es necesario volver a tomarla porque desaparece su eficacia, no se recomienda que sea consumida por menores de edad, nunca debe sustituir a un anticonceptivo, no protege siempre, y menos después de las 72 horas, puede provocar un embarazo ectópico o alteraciones en el ciclo menstrual. Además, entre las reacciones adversas figuran molestias gastrointestinales (nauseas, vómitos, gastralgia o diarrea), neurológicas (astenia, cefalea o mareos) o ginecológicos (aumento de la sensibilidad mamaria, retraso menstrual o reglas abundantes). Por otra parte, es necesario saber que no es recomendable su ingesta a pacientes con insuficiencias hepáticas graves, diabetes o hipersensibles.
Hasta el 28 de septiembre de 2009 la píldora se dispensaba, exclusivamente, en Centros de Salud o Centros de Planificación Familiar. Sin embargo, la reforma legal obliga a las farmacias a su distribución sin necesidad de disponer de receta médica, algo que impide conocer cuántas veces ha sido ingerida por la misma persona y por consiguiente, hacer un seguimiento de la mujer y el producto.
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