domingo, 20 de diciembre de 2009

Una sonrisa por un juguete en Navidad


La Navidad es tiempo de estar en familia, comer y cenar con ella, hacer y recibir regalos de la mano de los seres queridos…sin embargo, la ilusión de la mañana de Reyes es algo de lo que sólo algunos gozan. Aunque el artículo 31 de la Carta de Naciones Unidas de los Derechos del Niño reconoce el juego como un derecho, un gran número de menores no pueden acceder a ellos debido a la escasez de recursos de los que disponen, mientras que otros amontonan año tras año juguetes que ya no usan porque aparecen otros que les gustan más o no se divierten con ellos.

Lejos de ser meros objetos de diversión, los juguetes poseen una función educativa con la que se consigue despertar la imaginación de los niños y su capacidad para interpretar todo aquello que ocurre a su alrededor. Del mismo modo, gracias a ellos se consigue que los niños inicien su proceso de socialización con otros menores con los que, quizás, tengan que vivir el día a día. Aunque es necesario que jueguen durante todo el año, es en Navidad cuando se realizan la mayoría de las campañas de recogida de juguetes con el fin de reducir las diferencias entre niños.

Además, con este acto solidario se consigue que los menores se han conscientes del valor que tienen los juguetes y del acto de generosidad que están haciendo con la entrega de uno de ellos. Con estos principios, se consigue reducir el número de objetos de diversión que llegan en mal estado y de los que muchas personas pretenden deshacerse porque ya no usan.

Los puntos de entrega de juguetes suelen encontrarse en las delegaciones de la Cruz Roja, UNICEF, parroquias, Asociaciones de padres y madres o Ayuntamientos. No obstante, a la hora de elegir un juguete hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones: que sea nuevo o esté muy bien cuidado, que sea educativo, no violento, no sexista, no sea eléctrico y se entregue sin envolver para facilitar las tareas de clasificación de los voluntarios. De la misma manera, es preferible que sean los niños los que elijan el juguete que van a entregar, ya que ellos saben mejor que nadie cuál les gustaría que le regalasen a ellos. Por el contrario, un error en el que se suele incurrir frecuentemente es la edad a la que van dirigidos los juguetes, ya que mayoritariamente los que se entregan van dirigidos a edades comprendidas entre los 4 y los 10 años, algo que excluye a los bebés y a todos los jóvenes que suelen seguir jugando hasta los 16 años.

Tras ser clasificados, se realiza el reparto el 24 de diciembre y/o el 5 de enero, puesto que son las noches mágicas. Estos llegan a aquellas familias con menos recursos económicos a nivel nacional o internacional, dependiendo de la entidad que se haya encargado de la recaudación. En aquellas situaciones en las que no se han podido repartir todos, estos se llevan a centros infantiles, educativos y hospitales.

Una de las campañas más conocidas es “Un Juguete, una ilusión”, fruto de un proyecto común entre Radio Nacional de España y la Fundación Crecer Jugando. Esta campaña se basa en la venta de un bolígrafo de calidad, por el precio de 5€. A partir del dinero que se recauda de esto y el apoyo de diferentes empresas e instituciones se fabrican los juguetes que posteriormente se enviaran a los niños y centros de países en vías desarrollo, para que los menores puedan ser lo que son, niños.

1 comentario:

  1. Juguetes para navidad ¿y el resto del año, con que juegan los chiquillos?

    ResponderEliminar